Podemos diferenciar claramente dos tipos de usos o usuarios
de las redes de ordenadores: el profesional, que se da normalmente en la
empresa, y el particular, que generalmente tiene lugar en la residencia
habitual del usuario.
Uso de las redes en empresas
Prácticamente cualquier empresa que tenga varios ordenadores
hoy en día tiene una red local que los interconecta. Si la empresa dispone de
varias sedes u oficinas dispersas dispondrá típicamente de una red local (LAN,
Local Area Network) en cada una de ellas y de un medio de interconexión de
dichas redes locales a través de enlaces telefónicos (también llamados accesos
WAN, Wide Area Network). La red o redes permiten acceder a información
importante y actualizada de manera rápida, por ejemplo una base de datos que
contenga toda la información comercial de la compañía (productos, stocks,
precios, plazos de entrega, etc.). A menudo estas bases de datos están en uno o
unos pocos ordenadores de la red, ya que la existencia de múltiples copias
complica las actualizaciones.
Antiguamente las aplicaciones se diseñaban para que los
usuarios accedieran desde terminales ‘tontos’ al ordenador central en el que se
mantenía la base de datos y en el cual se procesaba la transacción en su
totalidad, pero la aparición de redes de ordenadores donde el terminal se ha
convertido en un PC ha llevado a un nuevo modelo de desarrollo de las
aplicaciones llamado cliente-servidor, consistente en descargar en el PC
(cliente) una parte del proceso de la transacción (por ejemplo toda la labor de
validación de los datos introducidos), y dejar para el ordenador central
(servidor) únicamente la parte que no es posible hacer en el cliente, como por
ejemplo la inclusión del nuevo registro en la base de datos. El modelo
cliente-servidor reduce así de forma considerable los recursos necesarios en el
ordenador central, y permite aprovechar el PC que el usuario tiene en su mesa
(y que muy probablemente tendría de todas formas). Además así la aplicación se
integra de forma más amigable en el ordenador del usuario final (mediante el
uso de ventanas, interfaces gráficas, ratón, etc.). Así el uso del modelo
cliente-servidor, y por tanto de las
redes de ordenadores puede llegar a suponer en la práctica un ahorro en
los gastos informáticos de la empresa, además de una mayor productividad de
sus empleados.
Por otro lado, la existencia de redes de ordenadores permite
a la empresa tener duplicado su servidor de base de datos, o cualquier otra
información vital, de forma que en caso de fallo del software, hardware, o
destrucción física del servidor la información no se vea afectada al poder los
clientes seguir funcionando con el servidor de reserva. Esto se traduce en una
mayor fiabilidad del sistema, aspecto imprescindible en algunas empresas
(por ejemplo bancos, hospitales, cadenas de montaje de fábricas, etc.). Por
supuesto para que el sistema en su conjunto sea altamente fiable es preciso
duplicar no solo el servidor de base de datos, sino la propia red (elementos de
conmutación, conexión, cables, etc.) de forma que no haya ningún elemento
importante susceptible de fallo cuya funcionalidad no este duplicada.
La red en las empresas permite compartir recursos,
tales como periféricos de elevado costo (impresoras láser, scanners, plotters,
filmadoras, etc.), o programas (siempre y cuando la licencia que se posee
permita su uso en red) con el consiguiente ahorro de espacio en disco y
sencillez de actualización.
Otra utilidad importante de la red en las empresas es como medio
de comunicación entre sus empleados; el correo electrónico es el servicio
básico, pero otros mas avanzados se están implantando, tales como la
videoconferencia o las aplicaciones que permiten compartir un documento entre
varios usuarios trabajando desde ordenadores distintos. Este tipo de
aplicaciones se conoce como CSCW (Computer Supported Cooperative Work) y
también como ‘groupware’.
Hasta aquí hemos discutido aplicaciones orientadas
fundamentalmente al uso de la red dentro de la propia empresa (lo que
actualmente se suele denominar la ‘Intranet’). Dicha red puede conectarse al
exterior, bien directamente o a través de un cortafuego o ‘firewall’, es decir,
una pasarela intermedia que permita controlar el acceso (entrante y/o saliente)
para evitar problemas de seguridad. Cuando la red de la empresa se conecta al
exterior (normalmente a la Internet) aparecen una serie de nuevas aplicaciones
que le dan aun mayor utilidad, entre las que cabe destacar las siguientes:
Las actividades de marketing; por ejemplo se puede
poner el catálogo de productos de la empresa en la red para su consulta por los
clientes, con información detallada de características, precio, referencias,
etc.; también es posible tramitar pedidos recibidos a través de la red.
Actividades de soporte en línea; se puede responder a
preguntas de los usuarios a través de la red, tanto por correo electrónico como
por listas de distribución o grupos de news. En el caso de empresas de software
es frecuente ofrecer a través de la red nuevas versiones de programas, sistemas
operativos, parches para la resolución de problemas, etc.
Las herramientas de comunicación antes mencionadas
(correo electrónico, videoconferencia, CSCW, etc.) adquieren una relevancia
mucho mayor cuando su uso no se limita al interior de la empresa.
Algunas empresas encuentran en Internet una manera económica
de interconectar sus oficinas remotas, evitando así la contratación de líneas
propias de larga distancia.
El empleado puede acceder a una enorme cantidad de información
externa a su empresa útil para su trabajo, por ejemplo información de
suministradores, competidores, clientes, foros de discusión sobre temas
relacionados con su trabajo (especialmente cuando éste es de carácter técnico),
etc. Curiosamente esta ventaja conlleva un problema, que es la imposibilidad de
evitar que el empleado utilice la conexión al exterior para acceder a
información no relacionada con su trabajo (por ejemplo sobre su hobby
favorito), perdiendo en ello a veces una parte importante de su jornada
laboral. Es prácticamente imposible impedir por medios técnicos que esto
suceda, aunque se pueden adoptar algunas medidas protectoras. Este problema ha
hecho a algunas empresas cuestionarse la conveniencia de dar acceso Internet a
sus empleados.
Uso de las redes por particulares
El uso de las redes de ordenadores por particulares tiene
tres objetivos fundamentales:
- Acceso a información
- Comunicación
- Entretenimiento
El acceso a información actualmente se centra en el acceso a
Internet y sobre todo a servidores Web. En torno a esto han aparecido multitud
de servicios derivados del uso de la telemática para diversos fines, tales como
teletrabajo, telecompra, teleenseñanza, telemedicina, etc.
La comunicación tiene lugar tanto a nivel individual (correo
electrónico) como en grupos (listas de distribución, grupos de news, etc.).
Esto incluye no solo información textual, sino también multimedia: sonido,
imagen y vídeo. Además de estas aplicaciones asíncronas, en las que los
participantes no han de coincidir en el tiempo, existen otras (llamadas
isócronas) en las que si han de coincidir, como las que permiten utilizar el
ordenador como un teléfono, para hablar con un usuario remoto a través de la
Internet; esto supone un ahorro importante en algunos casos ya que se puede
hacer una llamada a un lugar remoto pagando tarifa local (lo cual ha motivado
serias críticas y discusiones con las compañías telefónicas, especialmente en
Estados Unidos). También está el servicio de videoconferencia, aunque poco extendido
a nivel particular debido a su escasa difusión y a sus requerimientos de
capacidad, difíciles de satisfacer con un módem telefónico.
El uso con fines de entretenimiento será la gran aplicación
de las redes de ordenadores en el futuro, pero actualmente el reto tecnológico
es tan grande que para abordarlo es preciso disponer de potentes y costosos
equipos, con lo que la rentabilidad es cuando menos dudosa. Se han hecho ya
algunas experiencias de vídeo bajo demanda en Estados Unidos, pero las
necesidades de red y de servidores para un número elevado de usuarios son tan
grandes que los servicios comerciales que actualmente se ofrecen se basan
generalmente en el vídeo casi bajo demanda (NVOD, Near Video On Demand)
donde cada transmisión es vista por un conjunto de usuarios simultáneamente.
Aspectos sociales
La Internet es noticia casi diaria en los medios de
comunicación, y no siempre en sentido positivo. Algunos ejemplos de temas
polémicos son los siguientes:
- Distribución de pornografía. En muchos países es ilegal distribuir pornografía a menores, por lo que la disponibilidad de estos materiales en la red limita a veces el acceso a la Internet en colegios. También es polémica la distribución de pornografía infantil a adultos, que algunos consideran inaceptable.
- Distribución de información ‘peligrosa’: por ejemplo se han dado casos de personas que han aprendido a sintetizar drogas a partir de información obtenida en la Internet; análogamente sería posible distribuir información detallada sobre como fabricar explosivos, o incluso una bomba atómica.
- Distribución de publicidad no deseada. Es tremendamente fácil recopilar una enorme lista de direcciones de correo electrónico para distribuir a muy bajo costo cualquier propaganda de tipo comercial, político, religioso, etc. a nivel mundial. Alguna gente recomienda en estos casos utilizar la técnica del ‘ladrillo a portes pagados’, es decir, devolver al remitente un mensaje con unos cuantos Megabytes de información inútil. Esta acción tomada por un número elevado de usuarios inutiliza el buzón y el servidor desde los que se distribuye la propaganda.
- Discrepancias legales. Es posible que una información distribuida por la red desde un país sea ilegal en otro; por ejemplo, ETA ha puesto un servidor Web en Suiza con información que en España se considera apología del terrorismo. También es posible comprar en el extranjero bienes de consumo sin pagar los impuestos correspondientes a nuestro país.
- Acceso a la Internet desde el puesto de trabajo para fines personales. Este tema, que ya hemos comentado, ha llevado a algunas empresas a ‘censurar’ lo que sus empleados pueden consultar por la red.
- Derecho a la privacidad. La única forma de obtener privacidad en la red es encriptando la información; sin embargo, algunos países (Estados Unidos y Francia, por ejemplo) tienen regulaciones muy severas en ese sentido, al punto de prohibir a los ciudadanos encriptar, salvo si el encriptado es lo bastante ‘suave’ como para poder descifrarlo en caso necesario. Dicho de otro modo: el Estado siempre debe poder descifrar un mensaje si lo considera necesario.
- Anónimos: las redes de ordenadores permiten enviar mensajes anónimos. Si bien esto tiene sus ventajas, se plantean problemas legales cuando se utiliza un anónimo por ejemplo para acusar a una persona.
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